miércoles, noviembre 24
"Este premio es medicina", confesó, con la voz entrecortada y la pena escondida en el alma.
Esa noche se quitó la gorrita de béisbol, mostró que su nutrida cabellera blanca le había cedido paso al tratamiento y sonrió. También lloró, pero no de lástima.
No era hombre de darla. Era hombre de palabra.
Esa noche se quitó la gorrita de béisbol, mostró que su nutrida cabellera blanca le había cedido paso al tratamiento y sonrió. También lloró, pero no de lástima.
No era hombre de darla. Era hombre de palabra.
Me afectó